Quieto todo el mundo, al suelo, que viene la inspección

aeatLa crisis se ha visto agravada por la tendencia a que parte de la economía tienda a sumergirse cuando las cosas pintan mal, al menos en España. Ello ha impactado en la recaudación fiscal y Hacienda sabe de ello.

Por ello una bajada de impuestos actualmente tendría un impacto neutro en la actividad y, sin embargo, reduciría aún más los ingresos tributarios ya que, además, las expectativas de los agentes económicos incentivarían guardar los ahorros fiscales como ha pasado con los famosos 400 euros. El resto son bobadas, quizá neoliberales, y permitidme la franqueza.

Ante este panorama las autoridades han reaccionado como se esperaba, es decir, incrementando el personal destinado a perseguir el fraude. No es ninguna novedad porque así ha sucedido en anteriores momentos críticos. Y además se va a hacer por la vía más rápida que suele coincidir con lo más fácil. Conclusión, a por los autónomos y pymes.

El problema de este asunto es que pagarán justos por pecadores. ¿Cómo es ello posible?, pensará alguien en la certeza de que quien no la hace tampoco la teme. Pues porque nada es blanco o negro y una operación medianamente dudosilla que hasta hace bien poco apenas hubiera llamado la atención ahora puede ser casus belli para la inspección que, dicho sea de paso, debe cubrir objetivos y percibe remuneración por cada pieza cazada.

Nada nuevo bajo el sol pero sí más lioso. Al tiempo.

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