Una jornada anómala para el cierre de actividades de esta semana, sin que todavía quede muy claro si se trata de la calma que precede a la tormenta (con la espera de los datos sobre el desempleo en el mes de abril en los Estados Unidos) o de signos de una tibia recuperación (con los buenos dividendos que brinda Santander y un repunte del dólar). Nuevamente, nos iremos a pasar un fin de semana tranquilos, y a espera del lunes.
Porque, otra vez, si bien al índice lo llevaron a los 14,000 puntos los buenos resultados de Santander (que incrementó en un 4,12% el costo de sus acciones y se fortalece con acuerdos de cooperación e inversión con la banca coreana), la depreciación del dinero del 2% a cargo de la FED, el fortalecimiento del dólar (1,54 por euro) y un repunte en el índice Nikkei. Todo este conjunto de buenos factores aún tiene por delante un dato que será determinante para el futuro de las bolsas mundiales: la nueva taza de desempleo en los EEUU.
Y es que sí en marzo, como consecuencia de la crisis subprime se habían perdido más de 80.000 empleos, para abril se espera que el ritmo de desempleo no agrícola sume otros 75.000 puestos de trabajo destruidos. Si este incremento es el que se espera, las rentas variables podrían subir de nueva cuenta, y disparar la volatibilidad…
A esperar con la sonrisa en la boca y los dedos cruzados.