Trabajar desde casa tiene muchas ventajas pero también puede convertirse en una forma de esclavitud emocional. Es decir, el trabajador puede acabar consultando decenas de veces cada día el correo electrónico a la espera de cualquier novedad. ¿Cómo puedes separar trabajo y hogar más allá de que tu despacho esté en casa?
1. Es aconsejable que todos los días tengas un mismo horario, sin embargo, para romper la rutina también tienes que ser flexible. Si un día no te sientes con el ánimo fuerte y necesitas descansar más, entonces, cambia de horario la jornada laboral.
2. Oblígate a ti mismo a buscar planes que te ayuden a salir de casa: puedes apuntarte a cursos que te gusten, irte a tomar un café a una cafetería, salir a dar un paseo… Este hábito no sólo es obligatorio en invierno sino también, en verano.
3. Descansa aunque sea cinco minutos cada hora. Escucha la radio unos minutos, enciende la televisión, lee una revista, almuerza a mitad de mañana, llama por teléfono a un amigo…
4. Ten espacios para la calma y la tranquilidad en casa. Por ello, trabaja únicamente en tu despacho. El resto de partes de la casa son para el recreo y la tranquilidad.
5. En el tiempo de trabajo céntrate en lo que estás haciendo, es decir, céntrate igual que si estuvieses en la oficina en la empresa. Pero no pienses en los recados del día o en la realización de las labores domésticas.
Aprende a cuidar de ti, por tanto, intenta desconectar para no caer en la esclavitude trabajar desde casa. Además de trabajar, también tienes que vivir y disfrutar.
Imagen: Economía y finanzas