Es difícil mantener la calma ante tanto sobresalto hoy en día, vivimos en un permanente estado de presión psicológica, estrés mental, ante tal flujo de información económica y política es muy difícil conciliar no ya el sueño, sino la simple tranquilidad o sosiego espiritual. Un día nos informan que la economía no va crecer tanto como se nos dijo el mes pasado, ahora crecerá, una decimas menos, esto supondrá una caída en los índices de cotización de la bolsa de valores, nerviosismo en el parqué, el IBEX se tambalea, ahora nos desayunamos con la nacionalización de la empresa YPF REPSOL, nerviosismo en la cancillería española , declaraciones de los responsables de la diplomacia española, en fin un cúmulo de hechos de relevancia política y económica que altera nuestra sensibilidad ciudadana. Está claro que la globalización no nos va permitir llevar una vida más relajada.
A pesar de estos ruidos, también suceden hechos inauditos, uno de ellos ha sido la noticia de solidaridad demostrada por el Gobierno de Japón, el Imperio del Sol Naciente. Como digo, la noticia dice así: “Japón hace una aportación millonaria al FMI para contener la crisis europea”, esto ha sido así, tal y como suena y sin trampa ni cartón. Japón aportará 45.700 millones de euros al Fondo Monetario Internacional con la esperanza de contener un posible contagio de la crisis de la deuda de la eurozona. Desde luego como matiza la directora de la institución, Christine Lagarde, es todo un ejemplo a seguir, a imitar.
En realidad se trata de fondos procedentes de la reservas de divisas de Japón y se emplearán como préstamos de emergencia, a estos fondos se sumarán los aportados por la eurozona, 152.000 millones, todo ello se formalizará esta semana en una reunión que tendrá lugar en Washington entre los ministros de Finanzas de los países que integran el G-20. Enhorabuena por esta actitud de Japón y el resto de países solidarios. Esto supone un impulso a la confianza y credibilidad en el euro, una gran noticia para la eurozona, confiemos que esto ahuyentará a los especuladores de nuestro entorno económico.
Esto nos hace pensar que, al igual que las personas no todas somos iguales, entre los países viene a ocurrir algo parecido. Es obvio que la Republica Argentina no ha respetado los intereses de España. De forma autoritaria, nada respetuosa, saltándose las normas elementales de la diplomacia y el derecho internacional, ha actuado egoístamente inspirándose en ideas populistas y huecas de contenido político y económico. Lamentablemente la señora Cristina Fernández de Kirchner ha actuado con absoluta displicencia e insolidaridad entre países llamados amigos. Ha mordido la mano de quien le da de comer. No olvidemos que España es el país que más empresas mantienen operativas en Argentina, es el primer inversor internacional. Por eso pienso esto una de cal y otra de arena.