Olvídense de la cuesta de Enero, lo realmente terrible ha sido la primera semana de Febrero. Son muchas las cosas que han pasado y todas ellas malas, para poder llegar a afirmar esto:
– Nadie se ha creído el plan de austeridad del gobierno, presentado la semana anterior. Ni la oposición, que no cesa en pedir una reducción drásticma del gasto, no ha sido capaz de aplaudir este plan.
– Aznar se dedica a decir que España es un desastre económico total, que la situación irá a peor, que ahora estamos en la segunda división europea, etc… Con estos ánimos, seguro que las empresas nacionales e internacionales optan por invertir en España.
– El gobierno propone ampliar la edad de jubilación a los 67 años y consigue ponerse a toda la población en contra. Que sindicatos y trabajadores reaccionasen negativamente, era de esperar, pero además oposición y medios de comunicación miran con recelo esta medida.
– No dejan de aparecer expertos, Krugman el último, que señalan a España, como el gran riesgo para la estabilidad económica de la Europa del euro.
– Se confirma que España sigue en recesión y ya van 21 meses consecutivos.
– La bolsa española se da varios batacazos, con pérdidas que no se recordaban desde 2008.
– El gobierno propone un borrador de reforma laboral, que no supone grandes cambios respecto al marco actual, por lo que también cosecha las críticas de los más liberales.
Con este comienzo de Febrero, el llegar a final de mes nos va a costar un buen capazo de disgustos y calamidades.