Las mayores entidades financieras han decidido entrar de lleno en el mercado inmobiliario pero de una manera muy especial. Intentan colocar en el mercado sucursales, bajo la fórmula de la compra y posterior alquiler, para obtener liquidez y fidelizar a sus clientes más destacados (Son clientes con fuertes depósitos, que se fidelizan a través de estas prácticas).
Eso, sumado a los inmuebles embargados que dichas entidades ya comercializan hacen que en total sean cerca de 11.000 los inmuebles que puede llegar a comercializar el sector financiero.
La idea es conseguir liquidez. El precio se estable gracias a un promedio de la valoración de dos tasadoras. El precio cambia según la ubicación.
No es que la sucursual vendida, necesariamente cierre. La idea primaria es que luego el local se vuelva a alquilar por la entidad financiera. Este tipo de negocio recibe el nombre de sale & leaseback.
Los invesores de este tipo de modalidad suelen ser los family office, clientes que en realidad tienen seis o siete millones de euros que invertir y valoran la seguridad de tener a una entidad financiera como inquilino.
Banco Santander ha sido la pionera del sector vendiendo 1.140 sucursales. La Caixa es una de las entidades «más activas en la centa de sucursales». BBVA ha encargado a Atisreal la comercialización de 79 locales, situados en Cataluña, Madrid, Valencia y Andalucía. Banco Pastor y Banco Popular han vendido ya 160 y 70 oficinas respectivamente.