¿Quieres casa? Consigue un trabajo de 40 mil euros
En un informe presentado en marzo pasado por el Consejo de la Juventud en España, se pinta una realidad que se contradice sonoramente con la actualidad inmobiliaria.
Aunque los precios de las viviendas se desploman (en un 30%, según los últimos datos), para que un joven logre comprar una vivienda en términos cómodos (pagando un 30% de sus ingresos en concepto de hipoteca) debería poseer un ingreso mínimo de “38.028,89 euros”. Una cifra que equivale al 132% del salario medio real.
El informe describe el enorme esfuerzo que significa para una pareja joven endeudarse para comprar una vivienda de tan sólo 43 metros cuadrados: las hipotecas se comen casi el 70% de sus salarios conjuntos. Si se tienen menos de 25 años, el porcentaje ronda el 97%.
La primer consecuencia de dejar en manos de banqueros un problema social (la vivienda) es que casi la mitad de los jóvenes españoles vive en casa de sus padres. Nuevamente, la cifra se agrava en los menores de 25: sólo el 13% goza de independencia.
La segunda, y más grave, es que el recambio generacional que dotaría a los bancos de bases y liquidez no va a producirse. ¿Quién contratará los productos que podrían significar la subsistencia del sistema bancario? Si las nuevas generaciones no pueden hipotecar sus vidas por una casa, ¿quién mantendrá a los bancos?