Las vacaciones de verano son un momento excelente para recuperar el equilibrio perdido entre lo personal y lo profesional. Por ello, cuando dejamos de lado el trabajo es una buena ocasión para centrarnos al cien por cien en el plano personal, estar con la familia y con los amigos, disfrutar de los planes de ocio y del aire libre, vivir la libertad de estar con los demás, lejos de la rigidez de horarios de la oficina…
Durante el año, en la mayoría de las ocasiones se produce el efecto contrario, y es que, es habitual que cualquier persona se centre más en el ámbito laboral que en la familia. Hasta el punto de que muchas parejas se ven tan poco a lo largo del año que precisamente, cuando más discuten es en vacaciones. De hecho, el número de divorcios aumenta en los meses de calor.
Merece la pena reforzar el ámbito personal durante las vacaciones, sencillamente, porque serás más feliz en la medida en que te sientas bien con tu trabajo y también, en la medida en que te sientas bien con tu familia y con todos aquellos que quieres.
Foto vía: Hoy Padres