Las personas que han levantado una empresa por sí solas, saben perfectamente que uno de los principales inconvenientes con los que se pueden llegar a encontrar en el futuro, tiene que ver con asegurar la permanencia de la firma en el éxito, incluso cuando ellos mismos ya no estén metidos de lleno en el día a día de la misma, por lo que aquí van algunos consejos al respecto que te pueden ser de utilidad.
Para comenzar, debes considerar que siempre que sepas que no falta demasiado tiempo para que dejes el poder, tienes que hacer todos los deberes previos en la empresa, de modo que la misma funcione prácticamente igual sin ti. Para eso, puedes hacer pequeños períodos de ausencia en los que pongas a prueba a cada una de las personas que deberá suplirte en el trabajo.
De igual modo, conviene que desarrolles estructuras que sostengan a tu empresa, apostando en este sentido por los sistemas de confianza a nivel interno, que además deberán verse fundados en las relaciones familiares, si es que las hubiera. Incluso, intentar entender los próximos pasos que será necesario dar en el mercado, y debatirlos antes de tu salida, puede ser interesante para así no llevarte sorpresas en este sentido.
Otra buena alternativa al respecto, tiene que ver con aprovechar las situaciones que tengas a tu alcance para llevar profesionales talentosos a las distintas áreas de las empresas que los estén necesitando. Volviendo a la familia, no obstante, es importante que tengas la capacidad de separarlos a ellos de tu empresa si realmente así lo quieres.
De todos modos, siempre que apuestes a nuevos asesores, conviene que fijes ciertos límites, de modo que ellos mismos no superen la cantidad que tienes en mente, y la empresa no se vea al borde de la quiebra por este motivo. Aprender de las finanzas tampoco es una mala opción en este sentido, y por si todo lo anterior fuera poco, no dejes nunca de lado el seleccionar y preparar correctamente a quien consideres tu sucesor natural.
