T-Mobile ha alcanzado un acuerdo para resolver una serie de demandas derivadas de filtraciones de datos de sus clientes que datan de 2021, comprometiéndose a abonar 315 millones de dólares. Estas filtraciones afectaron a más de 76 millones de clientes en Estados Unidos, comprometiendo datos personales sensibles, incluyendo nombres, direcciones y números de seguridad social.
Este incidente de seguridad ha tenido un impacto significativo en la reputación de la compañía, desencadenando una serie de acciones legales colectivas. Los demandantes sostienen que T-Mobile no implementó las medidas de seguridad adecuadas para proteger la información de sus usuarios, lo que permitió un acceso no autorizado a la misma.
Como parte del convenio alcanzado, la empresa además destinará 150 millones de dólares adicionales para reforzar su infraestructura de seguridad con el objetivo de prevenir futuros incidentes. Aunque T-Mobile no ha aceptado ninguna responsabilidad formalmente en el marco de este acuerdo, ha expresado su compromiso por optimizar sus sistemas de protección de datos para garantizar la privacidad de sus clientes.
Este episodio se posiciona como uno de los incidentes de filtración de datos más graves en la industria de las telecomunicaciones, sometiendo a T-Mobile a una intensa presión regulatoria para que eleve sus estándares de seguridad en la protección de datos personales. La empresa confía en que este acuerdo les permitirá recuperar la confianza de sus clientes y superar uno de los capítulos más difíciles en su historia.