La verdad es que Google se está volviendo un poco odioso, tan grande, tan poderoso, con tantos datos nuestros en su poder, cotizando a niveles estratosféricos (y yo no compré) pero hay que reconocerles mérito en sus propuestas y en cómo las van desarrollando no sólo técnicamente, terreno que desconozco, sino también utilizando la expectación que saben crear a su alrededor.
Todos, salvo que alguien demuestre lo contrario, esperando un dispositivo físico que compitiese en prestaciones y glamour con el iPhone cuando se estaba gestando una plataforma abierta para móviles que se llama Android. De nuevo me pica la curiosidad para ver los resultados que cualquiera, en teoría, puede sacar de esta plataforma sin licencia.
Hay quien piensa que Google está leyendo el futuro, más bien creo que está condicionando el presente. ¿Miedo?.
