La economía española creció un 3,8% en 2007 frente a la media del 2,7 de la zona Euro. Buen dato que refleja el décimo ejercicio consecutivo de crecimiento superando a los socios europeos. Aunque el último trimestre se produjo una desceleración, 3,7%, cabe felicitarse por la cifra que ha alcanzado el indicador de crecimiento del PIB.
Realmente resulta notable que se encadene una década de gran crecimiento pese a que debemos tener en cuenta que lo importante es la calidad y no tanto la cantidad. Quizá por eso aún no se ha sacado el máximo provecho a tan buenas cifras en términos de productividad, empleo y comercio exterior. A lo que debemos sumar cierta sensación de inseguridad ante las incertidumbres como consecuencia de que se ha crecido pero no se han asentado ciertas bases que sosieguen a los mercados frente a las turbulencias cortoplacistas.
Lo que parece indudable es que hay margen para aguantar los futuros frenazos que habrá, porque es físicamente imposible crecer siempre a tan buen ritmo aún haciéndolo casi perfecto, y que no se tomen medidas precipitadas en los terrenos fiscal o laboral.
Enlace: El País.