¿Qué pasa si dejo de pagar mi hipoteca? La morosidad hipotecaria es algo mucho más complejo que lo que mayor parte de la gente cree (incluyendo a los que pagan un crédito sobre su casa). La ejecución hipotecaria es algo más que la enajenación de la propiedad por el banco, tal y como lo recuerda un artículo aparecido en El País.
¿Cuál es el consejo para el 3,5% de hogares que, se estima, caerán en la morosidad hipotecaria a finales del 2008, según previsiones de Funcas,? No dejar de pagar.
La solución no es dejar la casa en manos del banco. El papeleo para el remate de una cada puede tomar un mínimo de ocho meses, y en ese tiempo lo intereses de la deuda se acumulan. En ocasiones, el precio de la casa NO cubre el monto pendiente del crédito.
Nunca hay que dejar pasar más de dos cuotas. Al caer en el impago de entre tres y seis cuotas, el banco inicia un proceso de ejecución hipotecaria con el que no reclama las mensualidades atrasadas sino el monto total de la hipoteca a un interés que ronda entre 20% y el 25%. Las costas judiciales van a cargo del deudor.
Si el deudor no puede pagar lo estipulado en la ejecución, sólo entonces se cae en la subasta del inmueble. Si el monto de la venta no salda la deudas se puede llegar a otros mecanismos para el cobro, como el embargo de nómina.
Vender antes que dejar de pagar. Es preciso agotar todas las instancias antes que enfrentar una ejecución. El mercado ofrece diversas alternativas: la prolongación de la hipoteca, la reunificación de créditos, la refinanciación… Y de forma particular se puede recurrir desde el arrendamiento de la propiedad hasta el concurso de acreedores.
Según un estudio de la Agencia Negociadora de Productos Bancarios un 15% de los clientes bancarios se ha visto obligado a retrasar el pago de su hipoteca.