Ni siquiera la mala racha de los merengues ha sido suficiente para que la Diosa Fortuna un poquito de piedad, y la desaceleración ya tiene entre sus víctimas a un buen contingente de jugadores entre los que se cuentan Raúl, Michel Salgado e Iker Casillas.
La vida profesional del jugador es breve y dura. Tiene todo el derecho del mundo de diversificarse y construir un futuro después de los estadios y la Copa del Rey, pero parece que el don de ubicar la pelota en el ángulo es más sencillo que adivinar las fluctuaciones de la bolsa. O que se lo pregunten al delantero Raúl, cuyas ganancias en bolsa se redujeron un 80 por ciento en 2006 por la veleidosa administración de su compañía Europa Scar Sport. O a Michel Salgado que acaba de abandonar la inmobiliaria que tenía en sociedad con el ex jugador ruso del Celta Valery Karpin, Valery Karpin Asociados Inmobiliarios, ahogada por la depresión de los edificios que adquirió para su renovación en el Casco Histórico de Vigo.
Iker Casillas, el portero milagroso, tampoco la tiene fácil: aún no sale del affaire Malaya (un sonado fraude inmobiliario) y ya ve cómo se deprecian los 23 pisos que posee en zonas de alto standing madrileño.
Lo dicho: zapatero, a tus botines, que en las finanzas no hay tiempos extras ni rondas de penales.
Enlace: Los jugadores del real Madrid se estrellan en la crisis inmobiliaria