Si algo nos debería quedar en claro con esta crisis es que la tendencia de los gurúes a equivocarse es muy alta, al igual que la de los grandes economistas que no sólo fueron incapaces de prever el comportamiento del mercado; tampoco vieron el cataclismo que se avecinaba. Quizá sea, como sostienen en Euribor, que el mercado tienes menos que ver con la economía que con la psicología.
Como se nos recuerda en este artículo, las cifras y porcentajes nos hacen olvidar que la bolsa y el mercado, a pesar de las apariencias, no se compone de grandes compañías y montañas de dinero, sino de personas de carne y hueso, y que los apalancamientos, la volatibilidad y la cotización a la alta o a la bajo de los títulos son un reflejo de su psicología, y en particular de su confianza y de su pánico.
Como prueba de ellos está el comportamiento de las bolsas los lunes y los viernes. Euribor cita un estudio que refleja que entre 1990 y 2006 se observaba la misma tendencia: resultados más positivos el lunes y en negativo los fines de semana. A causa de que los brookers tienen mejores expectativas ante los mercados abiertos que frente al pozo de incertidumbre que significa el fin de semana, en donde los efectos de una noticia y un rumor no pueden comprobarse en el acto, los valores cotizan a la baja antes del cierre de operaciones los viernes.
Comprar el viernes y vender el lunes sigue siendo la máxima por antonomasía de toda operación, gracias a que las inversiones están más cerca de la histeria que del análisis técnico.
Fuente | Euribor