Aunque hace una notable baja en sus estimaciones de crecimiento y beneficios a futuro (ya no aspiran a un dividendo de 2,30 euros por acción en el 2010), la tercer compañía de telecomunicaciones en el mundo, Telefónica, cree que su futuro económico está bien y a salvo en latinoamérica.
A pesar de que los síntomas de la recesión en las economías emergentes apenas inician (Brasil, motor del Mercosur y centro de la principal actividad de la compañía española, contrajo sus estimaciones de crecimiento un 3,6%), Telefónica tiene fundadas esperanzas de alcanzar un crecimiento de dos dígitos gracias a sus actividades en los paises hispanoamericanos y Brasil.
La telecom, que en Europa se ha visto obligada a estudiar el uso compartido de sus redes para abaratar costos y gastos de operación, tiene la mira puesta en una cifra: el 22% de la población activa de los países latinoamericanos aún no tiene teléfono móvil.
El comercio exterior, antes del contagio de la crisis global, era la gran expectativa para las compañías españolas. BBVA, por ejemplo, disfrutó de amplios beneficios gracias a su volumen de negocios en México, donde su filial (Bancomer) obtuvo el 12% de los beneficios totales del banco.