El petróleo depende en buena medida, de la debilidad de los Estados Unidos, y si bien los datos señalan que ni el empleo ni el consumo se consumo se recuperan en aquella economía, las circunstancias pueden cambiar, con lo que invertir en compras futuras del combustible (el instrumento preferido para aprovechar su embate) puede no ser tan rentable en el plazo medio.
También hay que considerar las compras de las economías emergentes, que no parecen sustentables al mediano plazo, con la ralentización del mercado chino y la emergencia de los biocombustibles de la mano de Brasil.
De manera que, para evitar descalabros, la mejor manera de invertir en petróleo es a través de un godno de renta variable referenciados a petroleras y compañías de extracción.
A ese respecto, el fondo Commosphere de Edmond de Rotchschild es una de las opciones más destacadas. Con rentabilidad anual de 20,23%, tiene en su catera a empresas como Chevron, Rio Tinto o Occidental Petroleum.