Cuando tú eres el dueño de tu propia empresa es lógico pensar que, cuando te pones enfermo, la mayoría pierde ese día de trabajo salvo que tengas a alguien que te ayude. Pongamos un ejemplo.
Si tienes una empresa en la que trabajan para ti dos dentistas y tú estás organizando todo y una de esas dentistas está embarazada y a punto de dar a luz lo más normal es que antes y después del parto no pueda pasar esa consulta por estar de baja.
En estos casos los empresarios se enfrentan al problema de dos formas diferentes: por un lado sustituyendo al trabajados o pasando los pacientes al otro dentista, o bien cerrando su consulta hasta que vuelva de la baja temporal.
Las ventajas de la sustitución es que no se pierde dinero y la consulta sigue abierta pero, en su contra, tenemos el hecho de que muchas personas no querrán sus citas por cambiar de médico y el costo de otros trabajadores es mayor.
En cuanto al cierre, las ventajas es que no tendremos que preocuparnos de la mayor carga de trabajo y habrá menos problemas para encontrar un sustituto o que suplan una consulta. Sin embargo, se perderá dinero y a veces la gente puede buscar otro dentista con lo que perderemos clientes también.