Lejos de rasgarnos las vestiduras porque doce chicas de muy buen ver voluntariamente se presten a posar con finalidades benéficas y teniendo en cuenta que las denuncias de quienes consideran esta iniciativa como sexista (que lo es seguro) no han hecho sino incrementar el deseo de hacerse con un ejemplar, mi primera impresión es que quien decidió poner en práctica esta idea es porque no le llegaba para tener otras o sopesó adecuadamente que el escándalo iba a dar la publicidad necesaria. Espero que el ideólogo no tenga un master que esgrimir para demostrar que es un profesional. Esta «genial» idea se le podía haber ocurrido a cualquiera.
Contrasta la calamidad anterior con un buen anuncio que juega con todas las variables de la publicidad y que, en cuanto se ve, te sugiere una buena cantidad de imágenes que ayudan a retener la marca en cuestión y no como este pseudocalendario benéfico que me ha llevado indirectamente y con el único fin de documentarme (espero que no haya muchos malpensados) a su gemelo de Playboy. Se trata del spot navideño de Schweppes que aunque utiliza la imagen de Papá Noel lo hace, por contra, jugando con la leyenda urbana sobre los colores asociados al mismo y sacándole de su habitual pose bonachona como si de una entrevista se tratase.
Yo, como otros muchos, también soy más partidario de SS.MM. de Oriente pero este anuncio (versión larga) me llega porque es original y divertido. Vamos, la diferencia que media entre la vulgaridad y, como mínimo, la profesionalidad. Hay gente ganando dinero por nada, te lo digo yo.
Vía: vayatele.