Hace menos de un mes la Caja de Ahorros del Mediterráneo anunció con pompa y circunstancia su aterrizaje en bolsa. El movimiento, primero efectuado por una caja de ahorro, se realizó a través de un instrumento novedoso: las cuotas participativas. Títulos parecidos en su mecánica a las accione pero que no conceden el derecho a voto.
Desgraciadamente, las cuotas participativas de la CAM no han tenido la acogida esperada.
En menos de un mes, los titulos han experimentado una caída de más del 15% (pasaron de 5,84 euros a 4,95 por cuota). La situación se agrava con la venta de los títulos adquiridos por Lehman Brothers: 1.381.305 de cuotas participativas.
Ante el panorama, las cajas que se preparaban a seguir los pasos de la CAM han congelado sus acciones, entre ellas Banjaca y Caja Navarra, que dan un paso atrás a pesar de estudios que hablan de la buena acogida que sus títulos tendrían.
La causa del mal rendimiento de los títulos de la CAM debe rastrearse en la alta exposición que tiene la caja al sector del ladrillo español, tan vapuleado en este último año.
