Hay vientos de huelga en el sector del transporte por carretera: el desorbitado precio de los carburantes está forzando al sector a perder margen de negocio a pasos galopantes. Si no hay una respuesta institucional que compense esta situación será probable que se repitan los paros de hace apenas dos años.
Es cierto que a través del gasoleo se recaudan muchos impuestos pero no es menos cierto que el precio de los portes no ha ido de la mano del incremento de los costes por la debilidad estructural, o lo que es lo mismo negociadora, de este sector.
Actualmente ya se produce una pequeña devolución a los transportistas por parte de la Administración como consecuencia de la diferencia impositiva pero no compensa ni de lejos el alza de la materia prima aparte de que beneficia mucho más a las grandes empresas que a las pequeñas que apenas sobreviven subcontratando a precio de coste o por debajo.
¿Veremos camiones en las cunetas?.
Enlace: El País.