CatalunyaCaixa presenta sus líneas maestras

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Hoy hemos asistido en Barcelona a la presentación de CatalunyaCaixa, la entidad financiera resultante de la fusión de las entidades bancarias catalanas Caixa Catalunya, Caixa Manresa y Caixa Tarragona, convirtendose así en la segunda caja catalana. Los primeros pasos de la entidad se están dando bajo la dirección de Narcís Serra -presidente de Caixa Catalunya cuando se anunció el plan de fusión-, pero en noviembre cederá el relevo a Adolf Todó, que también ha sido director general de Caixa Manresa y Caixa Catalunya respectivamente.

CatalunyaCaixa centra su negocio en la atención directa y pymes, por encima de compras dirigidas a expandirse internacionalmente. En esta misma línea, no quiere que se pierda la percepción de servicio de caja, personalizando la atención, siguiendo la estela que iniciaron las tres entidades cuando operaban de forma individual ofreciendo un trato familiar y cercano al cliente. La fidelización y la captación cercana con compromisos con la red de gestores y la atención personal son, a la postre, el foco de Catalunyacaixa.

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Precisamente este tipo de atención es el que muchos clientes temen y que reclaman desde hace meses. Las tres cajas individualmente tienen en su haber elevadas carteras de clientes de toda la vida acostumbrados a tener una entidad de trato familiar y cercano. El hecho de convertirse en un gran grupo despertó hace meses los recelos de estos clientes, recelos que se suman a los cierres de entidades, con todo lo que ello implica. A este respecto, en la presentación se ha apuntado que el cierre de sucursales y «sinergías» es inevitable en casos de oficinas puerta con puerta, sin profundizar más en este aspecto. Pero por contra, han anunciado que habrá un sistema de valoración del gestor por parte del cliente.

No se puede esconder el hecho de que la fusión de las tres caixas ha venido motivada en gran parte por la crisis económica, en España protagonizada en gran parte por la caída en el sector de la construcción. En este sentido, CatalunyaCaixa asegura que el stock de activos inmobiliarios no esta saliendo al ritmo deseado, pero se han dado salida a promociones y permutas.

Al respecto de la obra social, CatalunyaCaixa intentará aunar los esfuerzos de las tres obras sociales de las tres cajas; por ejemplo, se ha mencionado el reparto en ciudades como Manresa y Tarragona, al 15% cada una. Se pretende centrar mucha actividad de visibilidad como por ejemplo el emblemático edificio barcelonés de La Pedrera -donde se ha presentado el nuevo grupo bancario, y que en breve se abrirá una exposición de Xavier Mariscal-, centros de carácter social, etc, basándose en una obra social mas concentrada que local, aunque entienden que el cliente guste de acción local.

La imagen de marca y el logo de la nueva entidad -imagen superior-, es el fruto de la unión de los colores corporativos de Caixa Manresa y Caixa Tarragona. En cuanto al nombre, este responde al objetivo de no perder brand. El nuevo grupo, aunque su nombre y marca no ha sido aprobado por el consejo de administración hasta el día de ayer, ya está operando como una entidad única desde el pasado 1 de julio.

El consejo de administración no contempla, por ahora, la inversión privada, pero no la desestiman en un futuro, tal y como permite la nueva ley de cajas.

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