Todas aquellas personas que recién comienzan a desarrollar su propia empresa, o que así mismas se encuentran interesadas en la posibilidad de generar una en el futuro, tienen que tener en consideración, entre otras cosas, cómo se conforma una firma internamente desde el punto de vista de las jerarquías que se encargan de formar parte de ella.
En concreto, los especialistas en este aspecto señalan que la estructura jerárquica de una empresa es el diseño de clasificación dentro de una corporación, y si bien cada una de ellas puede mantener diferencias con las demás en consideración de cómo ha sido concebida, en qué mercado se mueve o a qué público apunta y resultados busca, la mayoría sostiene elementos en común.
Entre ellos, por mencionar algunos, se encuentran por ejemplo la existencia de un presidente ejecutivo, que es el que se ubica por encima de todos los demás componentes de la empresa, y que suele ser el CEO que todos hemos leído alguna vez, como se los llama en la actualidad. Básicamente, se trata de la persona que decide en última instancia dentro de la compañía.
Posteriormente, podemos encontrarnos también con los vicepresidentes, que bien pueden ser sólo uno, o varias, también considerando los aspectos que antes mencionábamos, y que son los que continúan la línea de mando de la empresa. Normalmente, las firmas que tienen varias divisiones cuentan con un vicepresidente para cada una de esas divisiones, y se encarga de su funcionamiento, reportando al CEO.
Debajo de ellos, y más allá de las divisiones internas que puedan existir, se suele considerar que todos los demás empleados pertenecen a lo que se llama “gestión”, sobre todo en razón de suceder la cadena de mando. En general, se trata de contratados por parte de sus superiores que cumplen las funciones operativas de la firma.