El seguro de hogar es uno de los más importantes con los que podemos encontrarnos, sobre todo en momentos de crisis económica como la que afecta actualmente a medio mundo, incluyendo a España. Se trata, en concreto, de aquella póliza que cubre los daños que se produzcan en una vivienda y/o su contenido, pero existen algunas cuestiones que no puedes dejar de lado antes de firmar con la aseguradora, y por eso queremos traerte algunos consejos al respecto.
En este sentido, entonces, lo primero que debes asegurarte, es estar buscando un seguro que no sólo te permita cubrir tu vivienda y el mobiliario que se encuentra dentro de ella, sino que también te ofrezca la posibilidad de hacerlo en función de tu relación con la misma. Por ejemplo, no es lo mismo que sólo tengas los muebles de hogar en casa que también elementos propios del trabajo que cuestas su dinero, y generalmente se pagan más.
En lo que respecta a los daños, normalmente la mayoría de las compañías del rubro suelen ofrece a sus clientes una gran variedad de coberturas, como por ejemplo daños a la vivienda por incendio o explosión o por fenómenos atmosféricos extremos, como lluvias o granizo; daños por robo, daños “estéticos” como sobre los cristales o ventanas; y de “responsabilidad civil”, es decir los provocados por os moradores de la misma.
Luego, tienes que consultar con todas las compañías aseguradoras que puedes, ya que considerando que ellas te otorgarán una tasación de todos tus bienes en relación a tu identidad y el año de construcción de tu vivienda, además del uso que como decíamos le des a la misma. En este sentido, existen grandes diferentes entre las tasaciones y las cuotas de todas las empresas del sector, así que cuantas más consultes, mejor.
Finalmente, y como siempre remarcamos en torno a los seguros, conviene que seas extremadamente cuidadoso en conocer aquellos riesgos que se encuentran excluidos, lo que se conoce en la jerga como “la letra chica”, para evitar enterarte de qué justo aquel siniestro que acaba de suceder en la realidad es el que no está contemplado.