Uno de los recuerdos de mi cada vez más lejana juventud es la de los cines al aire libre durante el verano, costumbre que por fortuna no se ha perdido, lo que liga en cierto dentro de mí estos calores estivales con las películas. Y con el paso del tiempo, además, aumenta la deformación profesional de tal manera que más a menudo de lo que yo quisiera enlazo economía y cine.
Me ha pasado recientemente al ver en un canal autonómico la cinta Goldfinger (1964) y dejo aquí la advertencia de que voy a intentar no contar nada del argumento por si alguien no la ha visto (cosa difícil pero posible). La trama tiene un entronque directo con el sistema económico vigente por aquel entonces en medio mundo y que se basaba en los acuerdos de Bretton Woods con el oro como eje principal al crearse el patrón-oro y la libre convertibilidad entre el dólar y el metal precioso por excelencia.
Podeis ver un desarrollo muy bueno en el artículo de la Wikipedia que os he dejado pero quería con este post hacer una mención al engranaje entre cine y economía con este ejemplo que se me ha presentado muy oportunamente. Hay muchos más casos que iremos desgranando poco a poco y, por supuesto, se admiten sugerencias.