Las profesionales del sexo, y ellos también supongo, están sufriendo la crisis por un doble impacto: menos clientes que han disminuido su gasto y mayor competencia al entrar nuevos integrantes en este peculiar mercado. Aun desconociendo en profundidad cómo funciona este asunto parece la típica reacción de cualquier sector en momentos como éste teniendo en cuenta que aquí se produce, a causa de que muchas personas pierden otro tipo de empleos, que sin embargo aquí se produce entrada de más actuantes cuando en otros negocios se están dando más bien las salidas.
No obstante, nos vale también para aplicar alguna pequeña lección de economía aparte de las descritas. En concreto, no sorprende que en cambio haya crecido el negocio del porno vía internet. Estamos hablando, en la práctica, de bienes sustitutivos casi perfectos dado que, además, la pornografía en la red tiene costes unitarios muy bajos lo que compensa ciertos aspectos, evidentes, que no están presentes en el visionado de una película.
Otro factor será la parada de las productoras de cine de alta graduación pero esa es otra historia.