Sin duda, hoy día, los psicólogos se han convertido en un punto de referencia a nivel social para hacer frente al sufrimiento que se deriva de la falta del trabajo. Una falta de trabajo que produce emociones como la apatía, la tristeza, la falta de autoestima, el miedo ante el futuro, la sensación de fracaso…
Sin embargo, el papel que un psicólogo puede desempeñar en este punto es relativo teniendo en cuenta que aquellas personas que arrastran problemas económicos no pueden pagarse una consulta particular. Por suerte, existen organizaciones como el Teléfono de la Esperanza que ofrecen formación muy interesante para que los alumnos se conozcan a sí mismos y aprendan a manejar sus emociones.
Por supuesto, los psicólogos pueden orientar a cualquier persona a la hora de superarse a sí misma, adaptarse a los cambios que brotan del entorno laboral, relativizar los problemas y tener un punto de apoyo. En positivo, también conviene precisar que el coaching se afianza como una disciplina que ofrece herramientas de apoyo para todos aquellos que quieren tratar algún conflicto de tipo laboral.
El estrés es una consecuencia del propio modo de vivir una realidad. Es decir, debajo del estrés existe pensamiento negativo. Por ejemplo, puede suceder que una persona que se equivoca se culpe a sí misma por no creerse lo suficientemente buena ni eficaz en la oficina. En ese caso, conviene apostar por el pensamiento positivo. Trátate con cariño incluso en un momento tan dramático como el de un despido laboral. Debes cuidar de ti para estar fuerte y luchar.
La inteligencia emocional muestra que en la medida que aprendes a manejar tus emociones también te sientes mucho mejor contigo mismo. En ese caso, apuesta por el bienestar que te reporta tener autocontrol.
Imagen: Centro Manuel Escudero