Las gestoras de fondos se enfrentan no sólo a la desconfianza derivada de los problemas de crédito que se vive en general sino también a la propia evidencia de su propia realidad (¿pequeña autocrítica?) sobre la que se concluye que muchos de los fondos de inversión no superan a los propios índices sobre los que están referenciados. Les convenía y conviene exprimirse el cerebro para sacar alternativas y próximamente llegará la penúltima vuelta de tuerca gracias, en parte, a novedades legislativas procedentes de Europa.
De este modo, nacerá una nueva fórmula llamada 130/30 que se divide en dos tramos, uno a largo plazo (130) y otro a corto (30). Está última posición es la que se aprovechará de la directiva UCITS que la Comisión sacará a la luz en breve.
Por un lado, se equiparan e incorporan formas de actuar que hasta ahora sólo se podían realizar a través de «hedge funds» mientras, por otro, se deja en manos de los gestores la responsabilidad de predecir adecuadamente las fluctuaciones de los valores. Será una novedad interesante pero no supone un cambio de rumbo sustancial. Quizá harían falta más cambios y no sólo sacar nuevos productos.
Vía: terra.