Pedir un préstamo personal puede representar en un gran número de casos la diferencia entre caer en la precariedad o mantener el pulso al sistema económico que, una y otra vez, trata de empujarnos contra las cuerdas. Un préstamo personal evitará, en más de una ocasión, caer bajo las ruedas del sistema que gira sin detenerse en ningún momento, ni descansa para pensar en los caídos.
Como sabemos, los Préstamos personales son contratos que se realizan con una entidad financiera determinada, en los cuales esta entidad adelanta un capital a otra persona (prestatario) con una serie de obligaciones a cumplir en las que se incluyen, principalmente, la devolución de la cantidad prestada más el abono de unos intereses previamente pactados, además de los gastos que se deriven de la operación.
Uno de los errores que la banca tradicional sigue cometiendo a la hora de conceder este tipo de créditos es la velocidad con las que son ofrecidos. Y es que en un mundo donde la velocidad es una característica común en las sociedades, donde las oportunidades de negocio desparecen rápidamente, donde de improviso nos acontecen urgencias e imprevistos que deben ser atendidos a toda velocidad, se hace necesario la existencia de préstamos personales rápidos que eliminen el exceso de burocracia que ralentiza en demasía estas concesiones de capital.
Si quieres saber cómo conseguir préstamos personales ágiles y rápidos, solo tienes que hacer clic en el enlace que hemos dejado referenciado un poco más arriba, en este mismo artículo. De este modo, accederemos a la web ccloan.es donde encontraremos una buena cantidad de información y datos a considerar antes de pedir un préstamo personal, temas tan interesantes y valiosos como las comisiones, los plazos de amortización, los tipos de interés, las cuotas mensuales pactadas, la documentación que hay que aportar, las condiciones de los bancos, los trámites…
Otras ventajas y algunas desventajas de pedir un préstamo personal
Además de la ventaja lógica y fundamental de poder acceder a un dinero que nos permita dar solución a urgencias, acceder a una compra necesaria o al pago de impuestos o servicios mínimos, en relación a otro tipo de ventajas relacionadas con la propias de la concesión, podemos destacar que sus tasas de interés son fijas, es decir, que nos permite obtener un dinero en efectivo y devolverlo en un plazo fijo y, como norma general, en un periodo corto de tiempo, fijándose la tasa de interés de forma fija para todo el periodo de reembolso.
Con los plazos establecidos previamente y de forma fija podemos cumplir fácilmente con un presupuesto mensual, además la tasa de interés suele ser bastante baja en comparación con otro tipo de productos financieros relacionados.
Pero debemos tener cuidado y saber elegir cuándo es rentable pedir un préstamo personal, hay casos en los que no es en absoluto beneficioso recurrir a este modelo de financiación. Por ejemplo, no se debe usar para pagar otro préstamo que ya tengas cargado o para un viaje vacacional, puesto que existen otros productos más específicos que ofrecen más ventajas, con mayores descuentos y coberturas de seguros, por ejemplo.
Qué tener en cuenta a la hora de elegir un préstamo personal. La TAE
La oferta de préstamos personales es muy amplia en el mercado financiero, el cliente debe tener en cuenta algunas características fundamentales antes de contratar alguno de ellos. Esas características son el tipo de interés, las comisiones de apertura y cancelación, ya sean totales o parciales, así como los gastos derivados, los plazos de amortización y el importe de la cuota mensual, que dependerá del TAE y del plazo acordado.
Mucho hemos oído hablar del TAE o Tasa Anual Equivalente, pero pocos sabemos qué significa realmente y en qué nos afecta cuando pedimos un préstamo personal. Es utilizado para comparar distintas ofertas de préstamos y, en relación a los préstamos hipotecarios, nos indica el interés real que vamos a tener que pagar.
El TAE no es otra cosa que un porcentaje que se calcula gracias a una fórmula matemática que se extrae según la normativa sujeta al Banco de España e incluye el tipo de interés o interés nominal, la comisión de apertura (si existiese) y el número de años que tenemos para devolver el préstamo.
El TAE, por tanto, nos permite conocer cuál será la cantidad exacta, el coste efectico y real de la operación durante un periodo anual, mucho más interesante en los préstamos de interés fijo que en los de interés variable, en este último caso la tasa estará vinculada a una referencia, ya que cambiará con los años, cada vez que se actualicen los tipos de interés.
EL TAE se utiliza también para hacer el cálculo del rendimiento en productos ahorro.