Ya se sabe que España no está en las mejores preferencias de las agencias de rating (esas mismas que no calificaron positivamente instituciones y activos que resultaron el detonante de la Crisis del 2007), pero pocas veces (que recordemos) todo el conjunto de las financieras españolas había sido puesta en el mismo barco a dinamitar…
Quince bancos españoles han visto rebajada o puesta bajo observación su calificación a cargo de las agencias Standard and Poor’s y Fitch: BBVA, Santander, Bankinter, Banco Sabadell, Ibercaja, BBK, la Caixa, CaixaBank y Bankia, y la fusión de Popular con Pastor.
BBVA y Santander, las estrellas bancarias del Ibex, sufren el primer descuento, y ambos bancos ven rebajada su nota en un punto, con perspectiva negativa. Un duro golpe de miras a la confianza del inversor en estas financieras.
¿Las razones? Para Fitch son un tanto evanescentes: aduce que los bancos de un país no pueden tener mayor ráting que la nación. Para S&P, se trata de una mezcla de factores: la exposición a un mercado inmobiliario a la baja, la baja de las perspectivas de crecimiento y la situación de los mercado mundiales.
En esa tónica, S&P da Bankinter, Banco Sabadell, Ibercaja, BBK, la Kutxa, y la patronal de las cajas (CECA), BBVA y Santander una calificación negativa en su deuda a largo plazo.
Es una fortuna que todas estas instituciones hayan logrado pasar las pruebas de estrés. ¿O no?