La culpa es un sentimiento inconsciente en más de una ocasión y en muchos momentos no se produce por una causa y un motivo concretos. Por ejemplo, hay personas con baja autoestima que no se sienten lo suficientemente valiosas en la empresa, creen que no aportan lo suficiente, se comparan con los demás desde el complejo de inferioridad…
De este modo, algunas personas que son afortunadas por todo lo que tienen, en el fondo, son incapaces de ver todo lo que poseen. Por otra parte, también existen jefes manipuladores que utilizan la culpa como una forma de control sobre los empleados. Es decir, la culpa es propia de un ambiente en el que existe miedo. Y como ya hemos dicho en otras ocasiones, la relación jefe-empleado debe estar basada en el respeto pero nunca en el miedo.
La culpa te pone un peso sobre la espalda que se nota físicamente y lejos de potenciar tu rendimiento físico lo que hace es llevarte al abismo del sufrimiento más absoluto. Sencillamente, porque para trabajar es importante estar bien con uno mismo, saber que tienes talento suficiente para aportar a los demás, anímate a ir más allá de tus propios límites. La culpa es un sentimiento que incluye otras emociones poco agradables como la tristeza, la rabia, el dolor, la esperanza, la pena, el sufrimiento…
Por el contrario, una buena autoestima fomenta el rendimiento laboral, la fuerza, la motivación, la ilusión… Además, también se muestra dicha autoestima en la capacidad para trabajar en grupo. Las emociones interfieren cada día en nuestra vida, por tanto, aprende a conocerte un poco mejor cada día para manejar mejor el estrés, la ansiedad, la rabia y la culpa de creer que no eres los suficientemente valioso.
Imagen: El portal de Chari