Los efectos de la Ley Sinde

Además de la viril renuncia a Academia cinematográfica de Alex de la Iglesia y de los huevazos a Pau Donés, ¿cuáles son los efectos inmediatos y futuros de la Ley Sinde (o Disposición Final Segunda de la Ley de Economía Sustentable, si somos rigurosos con la nomenclatura)?

Los efectos de la Ley Sinde

Dentro de los aspectos económicos, que son los que nos atañen, podemos afirmar que los efectos irán de nulos a poco probables.

El mezquino debate alrededor de la Ley Sinde, impulsado por los que quieren “compartir los contenidos”, los que quieren cobrar por esos contenidos y los que quieren recaudar más por esos contenidos (a este paso, las bodas y fiestas infantiles van a tener que celebrarse en silencio para no incurrir en violaciones a los derechos de autor), ha hecho olvidar que la Disposición Final Segunda proviene y debería apoyar el espíritu de la Ley de Economía Sostenible. Es decir: Impulsar a la economía española a una modernidad, equilibrio, creando empleo, mejorando la productividad y  restituyendo el medio ambiente.

La persecución obsesiva de las webs de descargas ni siquiera creará empleo en lo judicial (los magistrados ya se quejan de la carga extra de trabajo que va a significar), y no va a terminar con lo que la industria cultural española llama “piratería”: los usuarios seguirán descargando ficheros, a pesar de los chivos expiatorios que van a hincharle el pecho a Jorge Drexler y Alejandro Sanz.

La Ley Sinde ha significado una terrible pérdida de tiempo. Ahora que se ha aprobado, esperamos que las partes vayan al debate que cuenta: cómo salir de esta crisis que nos hace preferir los discos del top manta a los de los escaparates del Corte Inglés.

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