Que tras más seis meses de crisis, presunta y probable, en el sector financiero un banco obtenga incremento en sus beneficios y que éstos sean superiores a los previstos, aunque no iguales a los deseados, no sólo parece una buena noticia sino que debería reflejarse como tal en los titulares pero, sin embargo, no es así lo que debe mover a reflexionar sobre determinadas palabras mal usadas.
Primero hay que distinguir entre beneficio e incremento del mismo. Los bancos son muy buenos en esto, presentan resultados y hablan de variaciones sobre la magnitud pero poco sobre las cifras concretas salvo que interese resaltar algo. Observad como en este artículo de Cinco Días no se menciona cuánto se ha ganado (en millones de euros), se resaltan únicamente porcentajes, pero sí se pone cifra, en cambio, a las provisiones, es decir, a lo negativo.
Segundo, aunque sea lo primero que llama la atención, el propio titular de partida: «Popular venderá más activos para cubrir el repunte de la morosidad». Pero, ¿cuál es la noticia relevante?, está claro que se ha preferido destacar lo negativo (vender activos o repunte de la morosidad son expresiones con amplias connotaciones adversas) frente a lo positivo (mayor ganancia de la esperada o que las mayores provisiones no han menguado la pujanza del banco).
Tercero, no se valoran los aspectos valorativos (valga esta fea redundancia). El «repunte de la morosidad», tan siniestra ella, no se debe tanto a los poco fiables ciudadanos de a pie sino principalmente a dos, sólo dos, grandes empresas destinadas a marcar época y darnos lecciones a todos: Martinsa y Colonial, pero que están en dificultades.
¿Todo esto es casualidad?. No, es intencionado y dirigido para crear un estado de opinión favorable a quien emite la noticia, que no es el periodista precisamente. La consecuencia está clara: nadie puede culpar al banco de nada, también ellos sufren.
Vaya cara.