En realidad cuando decimos preparar nuestro currículum deberíamos aludir a los estudios, carreras, aptitudes e historial que nos permitieran acceder al puesto deseado. Aunque en el fondo nos referimos a saber preparar el documento que mejor hace de carta de presentación a nuestro favor.
Podríamos resumir los puntos esenciales del CV en las siguientes afirmaciones:
– Breve, con una hoja suele ser suficiente, a lo sumo dos, estructurándolo de manera adecuada y lógica, siguiendo una secuencia;
– Claro, apuntando a los puntos fuertes de nuestra preparación académica o laboral de tal modo que se responda a la secuencia mencionada en el punto anterior. Si hemos desempeñado una función de verdad relevante en un trabajo anterior quizá nos venga mejor colocar este dato lo antes posible para crear una buena impresión;
– Verídico, por lo general es peor meter «paja» que tener un CV corto, se pilla antes a un mentiroso que a un cojo;
– Bien presentado, es decir, en papel de cierta calidad, con letra de fácil lectura, sin faltas de ortografía ni giros lingüisticos raros o inusuales aunque parezcan cultismos;
– Autoconfianza, si de verdad poseemos la capacidad para ocupar el puesto nada impide que lo resaltemos aludiendo incluso a qué ventaja personal (competitiva) podemos ofrecer. Tampoco caigamos en el exceso ni ofrezcamos la imagen de ser unos «trepas».
Y, por último, pensemos que no por disparar a todo lo que se mueve vamos a conseguir más, seamos selectivos nosotros también con las ofertas de trabajo. A veces hay empresas que no nos merecen, querámonos a nosotros mismos.