Si ayer intentábamos enseñarte de un modo sencillo y concreto cómo deberías ir vestido a una entrevista de trabajo, ahora queremos que además consideres algunas normativas y reglas no escritas para este tipo de encuentros, que te serán de mucha utilidad siempre y cuando quieras superarlo y obtener el trabajo que tanto andas necesitando.
Lo primero que debes tener en cuenta, en cualquier caso, es que si bien no existe una fórmula perfecta, hay una serie de recomendaciones básicas para ganarse a la persona de recursos humanos que normalmente es la que selecciona al nuevo trabajador. Un punto clave, antes que cualquier otra cosa, es la imagen, de la que ya hablamos antes, pero igual de destacado es el ser puntual a la cita.
Además, existe una comunicación que no se hace con las palabras y que deberás considerar de igual forma, la cual se encuentra relacionada con los gestos, las sonrisas, los silencios, la manera de sentarse o de estrechar la mano. Los especialistas suelen fijarse mucho en ellos aunque a nosotros no nos interese, al igual que les molestan aquellos entrevistados que en realidad parecen querer entrevistarlos a ellos.
Ante cualquier pregunta que el entrevistador pueda hacerte, debes ser consciente también de qué quieres decirle y a dónde quiere llegar, de forma que no te pases de información, sino que le digas exactamente lo que pide. Incluso, si te pregunta por tu anterior trabajo, conviene que seas un poco cerrado y no que abiertamente critiques a tu ex jefe y tus antiguos compañeros, porque eso no ayudará en nada.
Lógicamente, es importante también mostrar las competencias y logros profesionales, además de responder con confianza a las preguntas de qué aportarías a la empresa y por qué debes ser el candidato elegido. Finalmente, no olvides que cada una de tus palabras debe mostrar el interés que tienes por hacerte con el puesto.