El primer retroceso histórico de la Unión Europea (un 0,2% de caída en el PIB en el último trimestre) y la bajada del euro frente al dólar (1,47 por unidad, luego de picos de 1,59), son síntomas que se contradicen con la bajada del petróleo (la excusa de todos los ministros de economía por la ralentización) y que, desde todos los frentes, se han convertido en los argumentos para exigir una bajada en los tipos de interés a cargo del BCE.
En Junio la institución elevó la tipos de interés un cuarto de punto (de 4 a 4,25%). La sola declaración de intenciones a este respecto elevó el Euribor y desató una serie de reacciones que a la larga resultaron más nocivas que le medida en sí misma.
Ahora, que el descenso en el costo de las materias primas no se refleja en las economías, las voces que demandan una revisión a la baja de los tazas se escuchan, entre ellas la de Zapatero, que como siempre habla tarde y en voz baja. En su momento, el gobierno francés acusó al BCE de poner de rodillas a las exportadoras europeas con la subida de los tipos e Italia lamentó la medida. Sólo Alemania apoyó la subida y su mantenimiento durante Agosto. Ahora, esTos tres países sufren los mayores descalabros en su PIB.
Sin embargo, el Banco Central Europeo se resiste. Su presidente, Axel Weber, señala que suponer que la bajada del 30% en el precio del crudo implica un descenso en las presiones inflacionarias «es prematuro».
¿Seguirán matando al enfermo con el tratamiento?
Fuente | El País