El síndrome del usuario gratuito bancario
Durante años nos hemos acostumbrado a que las sucursales bancarias crecieran como hongos por pueblos y ciudades como si no tuvieran espacio suficiente para guardar tanto dinero que necesitaba ser prestado. Al calor de ello y justo al lado se acoplaban los cajeros automáticos muchas veces directamente en la calle, ocupando un espacio público que en muchos casos no era








