Telefónica cumple 90 años en España

Telefónica España 1924

Aunque probablemente muchos no lo tuvieran en cuenta, pues su explosión en el mercado se ha producido más bien de forma reciente en términos relativos, el caso es que por estos días Telefónica está cumpliendo 90 años de existencia, luego de haberse instaurado el día 19 de abril de 1924, bajo la denominación oficial de “Compañía Telefónica Nacional de España”.

Pero claro, allá por mediados de la década del ´20 la realidad de Telefónica era muy distinta a la que puede presumir hoy en día, si pensamos que sólo poseía un capital social de un millón de pesetas que representaba 2.000 acciones. Aquella aparición, en los primeros tiempos de la dictadura de Miguel Primo de Rivera, se ha vuelto trascendental de un tiempo a estar parte, cuando la globalización hizo de la comunicación un negocio además de millonario, poderoso.

Telefónica, que nació con la intención de “mejorar las telecomunicaciones”, se vio en sus primeros tiempos con las dificultades que este tipo de compañía tenían en todo el mundo, casi siempre relacionadas con la falta de infraestructuras para un funcionamiento correcto. Y eso que en el país ya habían algunas instalaciones previas de empresas internacionales como Ericsson, Siemens y Bell, aunque claro que no seguían ningún plan general, y eran más bien un caos.

Hay que destacar además que Telefónica, en sus primeros años de vida, estuvo en realidad controlada por ITT, como se conocía a la empresa estadounidense International Telephone and Telegraph Corporation. Todo cambiaría pocos años después, cuando tras acuerdos con el Gobierno de España comienzan las comunicaciones transatlánticas con Estados Unidos, y se inaugura el edificio que la firma posee en La Gran Vía de Madrid, por años el más famoso y grande de la ciudad.

Otros hitos interesantes de su historia fueron el haber alcanzado la cifra de un millón de teléfonos instalados en España, en 1954. O también podemos mencionar la puesta en funcionamiento del cable submarino Pencan-1, entre Cádiz y Santa Cruz de Tenerife, el de más potencia del mundo por aquellos tiempos.

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