Buscar un empleo es un trabajo en sí mismo, es decir, se trata de una labor que implica esfuerzo, paciencia y perseverancia. Pero la organización en el proceso de búsqueda activa de empleo es esencial de lo contrario, puede que estés navegando hacia ninguna parte. Piensa en cuál es tu meta, qué objetivo quieres conseguir y dónde te gustaría trabajar.
De hecho, la primera decisión que debes tomar es esa: ¿en qué área profesional te gustaría desarrollarte? Así delimitas el campo de acción, es decir, te centras con objetividad en determinadas ofertas de trabajo y no en otras.
Otra elección que debes tomar es si estás dispuesto a cambiar de ciudad por motivos laborales o tu intención prioritaria es trabajar en tu actual lugar de residencia. Está claro que la movilidad te aporta muchas ventajas en el terreno laboral, pero libremente debes valorar los puntos positivos y los negativos.
Otra decisión que puedes meditar es la de si te sientes preparado para presentarte a una oposición. Lo cierto es que hoy día, en un momento de crisis económica son muchas las personas que se presentan a los exámenes oficiales, es decir, la competencia es mayor.
Además de estos puntos también puedes valorar otras cuestiones, por ejemplo, si te gustaría buscar un trabajo a jornada completa o a media jornada. Incluso, también puedes meditar la posibilidad de buscar un empleo durante el fin de semana.
Imagen: Carmen Jasanada
