El respeto no tiene nada que ver con el miedo, por ello, no tienes por qué tener temor de tu jefe. Sencillamente, porque esa emoción te perjudica en tu relación con él y te limita tu capacidad de mostrar todo tu valor cada día en el trabajo. Por otra parte, más allá de que sea tu jefe es una persona igual que tú, es decir, tiene sus defectos, sus virtudes y sus problemas. Por ello, es importante fomentar el diálogo y la comunicación con humildad, es decir, asumiendo que el rol de un trabajador es el de obedecer y que dentro de las muchas funciones que tiene un jefe, es la de mandar.
Desde fuera, a veces, se idealiza la labor de un jefe y la realidad es que es un trabajo que implica mucha responsabilidad y a veces, también, grandes preocupaciones.
Siempre debes tener respeto a tu jefe, pero nunca tenerle temor. Para reflexionar sobre esta cuestión te invito a ver una película interesante: El diablo viste de Prada protagonizada por Anne Hathaway y Meryl Streep. Intenta fomentar tu autoestima, valorar tus puntos positivos, dejar de lado el pensamiento negativo para que cada vez que tu jefe te llame a su despacho no pienses que se trata de que quiere darte una mala noticia. Tal vez quiera felicitarte por tu trabajo bien hecho, por tu compromiso y por tu nivel de seriedad a la hora de hacer las cosas. Seguro que en algún momento también has vivido una situación gratificante en este contexto.
La vida da muchas vueltas así que tal vez, en un futuro, puede que seas tú quien tenga la labor de jefe y podrás ver las cosas desde otra perspectiva.
Imagen: Neetecno