La operadora saudí STC (Saudi Telecom Company) ha oficializado su control sobre el 9,97%-9,98% del capital de Telefónica, lo que la posiciona como el segundo mayor accionista de la compañía española, por detrás de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI), que ostenta un 10%. Este movimiento estratégico marca un punto de inflexión en la gobernanza de Telefónica, abriendo la puerta a una influencia más directa de la operadora saudí en las decisiones de la empresa.
De derivados financieros a acciones directas
STC había adquirido inicialmente un 5% de Telefónica a través de instrumentos financieros derivados suscritos con Morgan Stanley en septiembre de 2023, por un valor superior a los 2.000 millones de euros. Posteriormente, tras recibir la autorización del Gobierno español en noviembre de 2024, STC ejecutó estos instrumentos, convirtiendo su participación en acciones directas hasta alcanzar el 9,97%. Este movimiento consolida su posición como un actor clave en el accionariado de Telefónica y le otorga la posibilidad de participar activamente en las decisiones estratégicas de la compañía.
Solicitud de un puesto en el Consejo
Con esta participación consolidada, STC ha comunicado formalmente a la Comisión de Valores y Bolsa de Estados Unidos (SEC) su intención de solicitar un asiento en el Consejo de Administración de Telefónica. Este paso, según los saudíes, está alineado con su objetivo de obtener una rentabilidad a largo plazo y participar en las decisiones estratégicas de la operadora.
En un comunicado, STC ha señalado que, aunque actualmente no tienen intención de llevar a cabo una adquisición mayoritaria, no descartan explorar «combinaciones de negocios, alternativas estratégicas y otros asuntos relativos a la gobernanza y la gestión» de Telefónica.
Un papel clave en la destitución de Álvarez-Pallete
El movimiento de STC llega en un contexto de importantes cambios en la cúpula directiva de Telefónica. José María Álvarez-Pallete, quien fuera presidente de la compañía desde 2016, fue relevado de su cargo en diciembre de 2024, en una decisión respaldada por el Gobierno español y grandes accionistas como STC. Su puesto ha sido ocupado por Marc Murtra, expresidente de Indra, en un movimiento que refuerza la influencia del Estado y otros accionistas estratégicos en la dirección de la empresa.
Un contexto estratégico y político
La entrada de STC en Telefónica ha generado un intenso debate en torno a la soberanía tecnológica y las inversiones extranjeras en sectores estratégicos. Telefónica, considerada un activo de interés nacional, se encuentra en el epicentro de las telecomunicaciones en España, y su gobernanza es clave para la seguridad de infraestructuras críticas, especialmente en el contexto de la transformación digital.
La autorización del Gobierno a la operación saudí estuvo condicionada a ciertas garantías, entre las que destaca el compromiso de STC de no superar el 10% de participación sin previo consentimiento y la preservación de las capacidades estratégicas de la empresa.
¿Qué busca STC en Telefónica?
El interés de STC en Telefónica responde a múltiples factores. Por un lado, busca diversificar su cartera de inversiones internacionales en un sector estratégico como las telecomunicaciones, aprovechando la posición de liderazgo de Telefónica en Europa y América Latina. Por otro lado, la operadora saudí podría estar interesada en desarrollar sinergias tecnológicas y comerciales, especialmente en áreas como el 5G, el Internet de las Cosas (IoT) y los servicios digitales avanzados.
Además, esta inversión permite a STC fortalecer su posición como un actor global en telecomunicaciones, aprovechando su músculo financiero respaldado por el fondo soberano de Arabia Saudí, el Public Investment Fund (PIF), que controla la mayor parte de su capital.
Cambios en la gobernanza y próximos pasos
La entrada de STC en el Consejo de Administración podría materializarse antes de la próxima Junta General de Accionistas, prevista para abril de 2025. Esta participación no solo consolidará su influencia en las decisiones estratégicas de la compañía, sino que también podría generar nuevas dinámicas en la relación entre los principales accionistas.
Por otro lado, el movimiento saudí podría servir como catalizador para una reorganización en las prioridades estratégicas de Telefónica, incluyendo posibles reestructuraciones, alianzas internacionales o incluso desinversiones en ciertos mercados.
Implicaciones para Telefónica y el sector
La llegada de STC como segundo mayor accionista plantea interrogantes sobre el futuro de Telefónica. Aunque la operadora saudí ha insistido en que su intención principal es obtener rentabilidad a largo plazo, su influencia podría orientar la estrategia de Telefónica hacia nuevos horizontes, como el fortalecimiento de su presencia en Oriente Medio y Asia.
Además, esta operación refleja una tendencia creciente de inversión extranjera en empresas estratégicas europeas, especialmente por parte de países del Golfo. En un contexto de transformación digital y competencia global, estas inversiones podrían reconfigurar el panorama del sector.
Reflexión final: un nuevo capítulo para Telefónica
La entrada de STC marca el inicio de una nueva etapa para Telefónica, en la que los intereses internacionales, la innovación tecnológica y la gobernanza estratégica jugarán un papel clave. Mientras la compañía enfrenta desafíos en un sector cada vez más competitivo, la influencia saudí podría abrir nuevas oportunidades, aunque no sin cierta controversia.
En un momento en el que la conectividad y las telecomunicaciones son más esenciales que nunca, el papel de Telefónica como actor global sigue siendo crucial, y los próximos meses serán determinantes para definir su rumbo estratégico.