Invertir no tiene por qué limitarse a una única estrategia. Actualmente, los inversores pueden optar por dividir su capital entre depósitos a plazo fijo y la bolsa a largo plazo, aprovechando lo mejor de dos mundos diferentes. Mientras que los depósitos ofrecen una rentabilidad segura, aunque modesta, con tasas de interés que rondan y a veces superan el 2% TAE, la bolsa española se encuentra en un momento de notable fortaleza, con el Ibex 35 acumulando subidas superiores al 20% en lo que va de año.
Los depósitos a plazo fijo actúan como un ancla de seguridad para el capital del inversor, garantizando rendimientos previstos sin la preocupación de la volatilidad del mercado. Esto resulta especialmente atractivo para aquellos que buscan estabilidad y prefieren evitar los sobresaltos del mercado de valores. Por otro lado, la inversión en bolsa ofrece la posibilidad de obtener retornos significativamente mayores a lo largo del tiempo, aunque con un mayor grado de riesgo y la necesidad de paciencia y una visión a largo plazo.
En 2025, la bolsa española no sólo ha visto crecer al Ibex 35, sino también a los índices de medianas y pequeñas compañías, todos ellos registrando avances superiores al 20%. Esta recuperación es apoyada por el rendimiento de sectores como la banca, la energía y la industria, lo que demuestra la capacidad de la bolsa de ofrecer grandes recompensas a aquellos dispuestos a asumir un riesgo controlado y a esperar.
Los expertos recomiendan una estrategia de inversión mixta que combine la seguridad de los depósitos a corto plazo con el potencial de crecimiento de la bolsa a largo plazo. Esta combinación no solo reduce el riesgo, sino que también proporciona una flexibilidad que permite a los inversores disfrutar de rendimientos atractivos sin tener que comprometerse exclusivamente a una forma de inversión. En conclusión, al diversificar las inversiones, es posible encontrar un equilibrio adecuado que se ajuste a los objetivos financieros a corto y largo plazo de cada individuo.