Parece que la anunciada recuperación económica tendrá que esperar, al menos ese pretendido respiro gracias a la depreciación del crudo provocada por la baja del consumo mundial y las reservas estadounidenses. Y quien tira de la cuerda esta vez es el segundo mandamás en lo que a políticas financieras se refiere, y sólo unos puntos por debajo del número uno (los rumores).
Si, una de las razones de la llegada del barril de Brent a los 147 dólares en junio fue provocada por lo rumores de un posible ataque sobre Irán ante el secretismo de su plan nuclear, el precio del crudo se ve impulsado nuevamente por los tambores de la guerra.
Esta vez, el conflicto entre Georgia y Rusia, y más específicamente: el conflicto entre Estado Unidos (alineado a favor del estado separatista Georgia) y Rusia ha elevado el precio de los contratos a futuro del crudo a 120,89 dólares por barril, su máximo nivel desde julio. En tanto, las tensiones entre Putin y Bush continúan, pues la retirada de las tropas rusa del territorio georgiano parece estar más basado en declaraciones que hechos reales.
¿Se viene un nuevo repunte? Los tanques nos lo dirán.