Aseguradoras que tiemblan cuando la tierra se mueve

Terremoto

Las compañías aseguradoras tienen pólizas para todas las contingencias. Para todo aquello que, de forma inesperada y contra la voluntad de sus clientes, suponga un menoscabo de su salud o del valor de sus propiedades.

Se asegura todo lo que tenga valor o todo lo que puede ser consitutivo de recibir daño físico o psíquico. Personas, pero también animales.

Por ejemplo, ¿sabías que hay un seguro contra terremotos? Sí, los movimientos de la tierra que causen accidentes o destrozos en las propiedades son incluidos por las aseguradoras como aseguramiento tipificado.

La letra dice que se consideran daños por terremoto, los movimientos de tierra que supongan una elevación, un desplazamiento o un hundimiento del terreno en el que se encuentra la propiedad.

Y, si se quiere, y se está dispuesto a pagarlo, el que está debajo de los pies de la persona que suscriba la póliza y que se vea afectada por el seísmo.

Una curiosidad de estas pólizas de seguros contra terremotos es que no sólo cubren los movimientos telúricos que conocemos. Vibraciones fuertes y consecuencias de grietas en la tierra.

Estos seguros contra terremotos también engloban los desplazamientos de tierra, las avalanchas de lodo y los derrumbes y, aún más, los efectos provocados por las dolinas.

Las dolinas son las cavidades ocultas en terrenos cársticos, que, por efecto de las filtraciones de agua, se socavan hasta perder consistencia y convertirse en un riesgo para las personas y las propiedades.

El resultado de la aparición de dolinas en la superficie de la tierra de forma sopresiva es el hunidmiento del terreno circundante. La tierra se traga literalmente todo lo que se encuentra sobre la cavidad.

Los factores que inciden sobre el valor de la póliza del seguro contra terremotos son la consistencia del suelo, la de la propiedad inmobiliaria con su resistencia a los movimientos mecánicos del suelo y, sobre todo, la situación geográfica.

En España, la zona de terrremotos por excelencia es el sur de la Península Ibérica, aunque las probabilidades de que se produzca un seísmo de gran magnitud en Andalucía son infinitamente menores que las que pueden contemplarse en otras latitudes.

Las aseguradoras tiemblan cuando la tierra se mueve.

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