Cuando pensamos en inversiones rentables, la mayoría de nosotros -seamos sinceros- tenemos la idea de que ponemos el dinero en algún lugar, físico o virtual, y que al cabo de un tiempo el mismo se habrá multiplicado, sin que tengamos siquiera que arremangarnos, sino hacer nuestra vida. Para quienes creen que lograr una inversión puede llevar tiempo, y hasta esfuerzo físico, hay una alternativa que se encuentra muy de moda en estos tiempos.
Se trata, ni más ni menos, que de la compra de pisos a reformar. Aunque es evidente que hablamos de una inversión que puede arrojar resultados no tan grandes como otras, los mismos pueden ser sí muchos más rápidos, de modo que en cortos períodos de tiempo tengamos varias casas o apartamentos a refaccionar, y luego podamos venderlos.
Las ventajas de esta inversión
A nuestro entender, invertir en este tipo de mercados tiene dos ventajas que no podemos dejar de lado. La primera de ellas está justamente referida a uno de los asuntos básicos de cualquier inversión, es decir, el precio que pagamos. La segunda, en cambio, está relacionada con que podemos personalizarla, y quien nos dice, encontrar en algún momento una que se transforme en nuestro hogar.
A tener en cuenta
Ahora bien, existen también ciertos riesgos que no podemos dejar de considerar en este sentido, como por ejemplo el potencial verdadero que tiene el piso. Es decir, aunque se vea mal, tenemos que analizar el estado de sus estructuras, la zona en la que se encuentra, los metros cuadrados totales, la posibilidad de hacer nuevas distribuciones, y demás.
Finalmente no debemos olvidar los aspectos legales de la reforma. Lo que se debe pensar en estos casos es que si queremos transformar una casa en comercio, por ejemplo, habrá que pedir permiso a los vecinos, y cosas de este tipo que conviene analizar antes de emprender la inversión.