Debido a la crisis de los créditos e hipotecas, hemos pasado de un escenario en el que las entidades financieras otorgaban préstamos sin muchos requisitos a la actualidad donde cada vez es más complicado obtener un préstamo. Esto se debe al riesgo que suponen los activos relacionados con la vivienda para los bancos, al no saber con certeza si van a poder seguir cobrando estos préstamos o de lo contrario sus clientes van a resultar morosos. Las trabas son muchas, que si un contrato fijo, que si avales, contratar seguros, tasaciones muy estrictas hasta por debajo del valor real de la vivienda, en fin todas resultarán conocidas a aquellos que en los últimos tiempos se han acercado a una entidad financiera a solicitar una línea de crédito. En el caso de la hipoteca lo peor es que las entidades financieras han pasado de dar el 100% de la financiación de la vivienda o incluso algo más a poco a poco ir rebajando esta cantidad hasta el 60%.
De esta forma aquellos que quieran comprarse una vivienda deberán ahorrar previamente por lo menos casi la mita del valor de la misma quedando de lado el echo de que el comprador de una casa se pueda beneficiar de un posible descenso en el precio de éstas.
Otro hecho aún más grave y que se esta dando en los últimos tiempos es que a último momento la entidad financiera niegue el crédito con lo que en caso de que los potenciales compradores hayan dejado una seña la perderían.
