Los métodos de crecimiento para empresas han experimentado una notable evolución en 2025, alejándose de las tácticas virales momentáneas para adoptar estrategias más profundas e integradas. La idea de growth hacking ha madurado hacia un enfoque sistémico que une experimentación, datos y producto, orientándose no solo a atraer usuarios, sino a retenerlos y convertirlos en promotores. Con la saturación de métodos tradicionales, los profesionales están recurriendo a la inteligencia artificial, el machine learning y la automatización para innovar en sus estrategias de marketing y crecimiento.
Entre las tácticas menos convencionales que están cobrando popularidad se encuentran: plugins de up-selling ajustados al comportamiento del usuario, micro-experimentos predictivos basados en inteligencia artificial, generación y curación automática de contenido, bots de retargeting conversacional, sistemas de feedback implícito, gamificación integrada en la experiencia del usuario y la activación de «activos latentes» que ofrezcan valor sin ser percibidos como marketing directo.
Una de las claves para implementar nuevas estrategias de growth hacking con éxito es comenzar por pequeñas pruebas dirigidas a segmentos de usuarios específicos antes de ampliarlas. Además, la documentación exhaustiva de los resultados, tanto positivos como negativos, permite a los equipos evitar la repetición de errores y acelerar el proceso de aprendizaje.
Por último, se sugiere a las empresas experimentar con tácticas híbridas, como combinar chatbots y contenido personalizado, para interactuar con los usuarios de manera no intrusiva y significativa. Esta aproximación enfatiza menos en las grandes campañas y más en los detalles refinados que mejoran la experiencia del usuario a lo largo del tiempo.