Las inversiones en materias primas de todo tipo continuarán mientras no haya una nueva burbuja en la que especular para que luego, indefectiblemente, se pinche. Así sucedió con las punto com y las inmobiliarias. El dinero se mueve allá donde haya mejores perspectivas y si hay que especular pues se especula. Ahora le toca a unos bienes básicos que estaban en precios bajos, demasiado casi seguro, con lo que el margen de ganancia es mayor. Salvo que…
Se impida por la vía lógica. Las burbujas especulativas tienen una característica común: el exceso de apalancamiento. Atancando este punto se elimina gran parte del componente especulativo puesto que disminuye drásticamente el beneficio presunto que se puede conseguir.
¿Cómo se hace esto?,como primera medida obligando a cubrir las operaciones con mayores garantías ya que éstas andan en un escaso 5% tal y como bien señala Felipe González y otros como el Ministro de Industria. Lo cierto es que parece que aún tarde los responsables públicos se van a poner con ello y enviarán las señales adecuadas.
De momento la nueva estrella de la especulación es el diente de león para biocombustibles. Quién lo diría.