Las familias con hijos en edad escolar saben que en estas fechas e incluso antes hay que apartar un presupuesto para libros, uniformes y material escolar. El coste no es nada desdeñable, entre 223 y casi 1.500 euros, dependiendo de si se matricula al escolar en un centro público o en uno privado creciendo incluso si ya se está en el ciclo de educación secundaria.
Al leerlo, una vez más porque esta es otra de las recurrentes noticias del verano, me viene a la cabeza el asunto de los cuatrocientos euros prometidos durante la campaña electoral y que se ha demostrado no sé si un error o más bien una medida ineficaz entre otras cosas por cómo se ha implementado. La motivación era seguramente buena, aparte de como oferta para captar votos, para inyectar dinero con vistas al consumo pero se ha diluido como un azucarillo.
Con el coste o menos de esa medida, ya digo que algo frustada pero no del todo y sino ya se verá en su incidencia en el consumo, se podía haber incidido en sectores y asuntos como este de los libros de texto y demás aditamentos que castigan la economía familiar en mayor o menor medida a la vuelta del verano, momento crítico en cuanto a percepción de los ciudadanos sobre la economía.
Siempre he pensado que con los 400 euros se podía haber creado un instrumento similar al del cheque-bebé pero me imagino que hubiera sido difícil de gestionar. Quizá la próxima vez…
