Es posible que seas emprendedor y que el trabajo que desarrollas en este momento sea el trabajo familiar, es decir, tienes una tienda o empresa donde trabaja toda la familia, donde tu pareja y tú estáis todos los días juntos y después al salir del trabajo volvéis juntos a casa.
Esto, aunque nos pese, puede repercutir, unas veces de forma negativa, otras de forma positiva, tanto en la pareja como en la relación laboral que se tenga en la tienda o empresa.
Combinar la pareja con el trabajo a menudo no es fácil. Y no es fácil porque pierdes la responsabilidad de lo que estás haciendo. Me explico, cuando llevas una empresa con tu pareja, lo más normal es que trates de estar con ella, de tenerla a tu lado (salvo que acordéis lo contrario), eso implica que siempre vas a estar pensando en lo que puede hacer la otra persona, en si necesitará ayuda, y por ende irás a verlo o verla solo para cerciorarse.
También uno de los problemas de combinar ambos roles, el de marido o mujer y el de emprendedores, es el hecho de que los problemas laborales se llevan a casa, a veces hasta son motivo de peleas. Esto repercute negativamente en la pareja porque no es lo mismo ayudar a tu pareja en un trabajo en donde tú no formas parte de él, que ayudarle en uno donde sí lo formas porque podéis tener distintos puntos de vista.
¿Es mejor no mezclar trabajo y familia? Pues no puedo decir que no con rotundidad. A decir verdad hay familias que sí han tenido empresas y lo han llevado todo bien, sabían que había un momento en el que eran meros trabajadores y otro donde eran pareja. También hay casos donde el hecho de estar las 24 horas juntos ha hecho mella en la relación y han terminado cansados de la misma (siempre verse en el trabajo y la casa, compartir los mismos problemas, quizás algunos con soluciones que disgustan a la otra parte, etc.).
Yo abogo por establecer unas líneas si se crea algo en familia, una empresa, una tienda, etc. de tal manera que cada uno disponga de su propio tiempo y pueda sentirse libre.
Esto implica que te ause
